Si hay algo que me incomoda en esta etapa de mi vida es que suceden poquísimas novedades en la misma y para peor no son interesantes. Me estoy hartando de decir que estoy muuuuuuy tranquilo y cuando me preguntan "¿que tenés para contar?", simplemente digo: "nada".
Sé que me voy afianzando lentamente (bueno vamos a ser sinceros, a pasitos cortos, casi como si mi pie entrase en un escarpín) en la góndola de confianza y autoestima mientras que merman los "te extraño" y las miradas a la almohada que hasta no hace poco gritaba su nombre. Estoy saliendo de una etapa dura que me hizo crecer de golpe, madurar y ver con otras perspectivas mil cosas que antes no podía entenderlas.
Hasta hace poco estuve pensando mucho en ella, me levantaba e imaginaba mil diálogos interminables, recreaba en mi mente momentos cruciales de mi relación tanto hermosos como hirientes y ni hablar de las mini angustias que me agarraban cuando algo me hacía recordar que sus labios hace meses que no tocan los míos.
Me asustó un poco volver a recordarla tan fuerte, hasta que me di cuenta porque mi mente pensaba más en ella en las últimas semanas: Me estaba despidiendo internamente de Guada (a veces cuando leo esas 5 letras siento un pequeño temblor en mi cuerpo, como si un pequeño tornado soplase vientos de nostalgia por mi carne).
Y así fue que hace una semana que todo amainó, que apenas pienso en ella, que la siento fuera de mi vida, a modo de foto de un buen recuerdo que ya no volverá, de un amor al que agradezco tanto haberlo sentido como ya no tenerlo. Aún lamento que no haya funcionado y como siempre le deseo lo mejor, pero ahora, hoy más que nunca: YA FUE.
Adiós Hermosa
P.D.: No saben lo difícil y catártico que fue escribir este post y colgar esta foto . Gracias por su paciencia y perdonen que salí matadísimo en la foto.